Tradicionalmente el Japamala es una pieza de 108 cuentas que se utiliza mientras se repite un mantra y que sirve para cultivar la concentración y la cualidad asociada a este. Es un objeto muy utilizado en las religiones asiáticas para las meditaciones en busca de la espiritualidad.
Japa significa “repetir oraciones” en sánscrito, la lengua tradicional del yoga, mientras que Mala significa “guirnalda o collar”. Como otros tipos de cuentas para la oración, el Japamala permite la concentración en el significado o el sonido del mantra. Es la unión de lo espiritual (Japa) con lo material (Mala).
Su uso constituye una poderosa técnica meditativa y entonar mantras usándolo lo transforma en un poderoso instrumento de protección. A través de la repetición de los mantras, colocando toda nuestra intención y propósito, materializamos en el Mala nuestros deseos.
Está compuesto por 108 cuentas y la cuenta Meru (o Gurú, la más grande, que marca el inicio y el fin del mala), pero puede variar de 54, 27 o 18 cuentas dependiendo de su presentación.
Es muy importante tener en cuenta que el Japamala es una joya espiritual, un objeto sagrado que te conecta con la divinidad. Por eso hay que tratarlo con respeto y cariño. No le des un uso inadecuado ni dejes que otras personas lo usen como si fuera un collar de bisutería.
La tradición hindú considera que usarlo de manera recurrente te protege de energías de bajas vibraciones, por ello debe ser de uso personal y exclusivo de su dueño (sólo tu puedes manipularlo y utilizarlo para entonar mantras). De hecho, el Mala se va cargando con tu energía y frecuencia a medida que vas usándolo. Darlo a otra persona hace que pierda esa facultad tan esencial. Si decides transmitirlo a otra persona, esa acción viene de tu corazón y de tu intención de ayudar o curar a quien esté recibiéndolo.
Las partes del Japamala
El Japamala está compuesto por las 108 cuentas, el hilo que las une, los nudos que separan a cada una de las cuentas, la cuenta Meru y el tassel (o borla).
Cada uno de estos elementos, además de cumplir con una función concreta, tiene una simbología que trasciende más allá de nuestra vida cotidiana.
1- El tassel: simboliza la energía que nace a raíz de la meditación. Representa la movilidad de lo individual que fluye en constante cambio, representado por cada uno de los hilos que lo forman. Es el cambio constante dentro de lo inmutable, la ilusión de la separación y el recordatorio del no apego a lo no permanente. Los hilos que forman el tassel también representan los mil pétalos de Sahasrara, el Chakra Corona, que significa la iluminación espiritual alcanzada.
2- Las cuentas: pueden ser de rudraksha, madera de sándalo, piedras semipreciosas, semillas y otras maderas. Tienen una cuenta adicional de mayor tamaño, al final del Mala y antes de la borla, llamada Meru.
3- La cuenta Meru: representa al maestro que está conectado con su alumno a través del “hilo de la vida”. Por respeto a la figura que representa, al finalizar el canto de todo el Japamala, no se debe pasar nunca por encima del maestro, sino que se da la vuelta o se rodea y se vuelve a hacer otro ciclo de mantras. También es un símbolo de la unión de nuestro ser interior con los elementos del universo.
4- El nudo: tradicionalmente las cuentas están unidas con un hilo satinado y entre cada una de ellas se hace un nudo, el cual les da fortaleza y seguridad. Esto simboliza las fuerzas del universo las cuales soportan y sustentan todo. El nudo crea un espacio entre cada cuenta. Ese nudo representa el lazo divino entre todas las cosas creadas.
5- El hilo: mantiene a todas las cuentas juntas. Es como nuestro vínculo con el universo, que nos une a todos con el todo. La interconexión con la energía divina.
¿Cómo utilizarlo?
Sostén tu Mala con la mano derecha y déjalo deslizarse. Comienza siempre por la cuenta siguiente al Meru (que no debe ser tocado por el dedo pulgar), pasando las cuentas por el pulgar – que representa tu Chakra Garganta – y sosteniendo con el dedo medio – que representa tu Chakra Corazón. El dedo índice no puede tocar el Japamala. Con la ayuda del dedo medio, tu pulgar debe tirar de las cuentas una por una en tu dirección mientras entonas el mantra elegido.
El Mala debe ser utilizado en armonía, con calma y firmeza en tus palabras. Él ayuda a aliviar las tensiones, la ansiedad y el miedo. Aumenta la felicidad y la capacidad de meditación. Dependiendo de cómo sea utilizado, quedará cargado con la energía y el poder del mantra.
Cuando no esté en uso, debe ser guardado dentro de una bolsita, caja o en un altar personal, con mucha sacralidad.
Su purificación, re energización y cuidados
Al adquirir un Japamala es necesario limpiarlo de la energía estancada en el material.
Sugerencias de purificación, para cuando desees volver a energizarlo o quieras cambiar sus propósitos:
– pasarlo sobre la llama de una vela para transmutar las energías;
– pasarlo 3 veces sobre el humo de un incienso, palo santo, salvia o aceite esencial, para limpiar y purificar las energías impregnadas;
– ponerlo sobre un plato con sal gruesa por unos 10 minutos (no más que eso, pues la sal puede oxidar las partes metálicas);
– si está confeccionado con piedras naturales o cristales, colocarlo bajo la luz de la Luna (sobre todo en noches de Luna Llena) para energizarlas. También funciona perfectamente colocándolo bajo la luz del Sol. Ambos despiertan las energías positivas intrínsecas a cada Japamala;
– acercarlo a tus piedras y cristales favoritos o que te transmitan buenas vibraciones, para que ayuden a energizarlo
– los cuencos tibetanos también son perfectos para potenciar las altas vibraciones con su mágico sonido;
– o puedes confiar en tu intuición y encontrar la mejor manera de energizar/purificar tu Japamala, siempre mentalizando buenas intenciones y mucha gratitud.
Repítelo siempre que lo consideres necesario. Es recomendable no mojarlo.
Fuentes:
– Wikipedia.
– Taller de Japamalas con Anandstorejapamalas.
– Aumjoia Blog.
En Antara Japamalas somos completamente apasionados por este hermoso instrumento de sanación espiritual. Confeccionamos y anudamos los Japamalas a mano, con cuentas de excelente calidad y autenticidad, sobre todo con piedras semipreciosas con propiedades sanadoras, con mucha devoción, propósito y cariño para que traigan paz, equilibrio, protección, abundancia y alegría a quienes los utilicen. ¡Namasté!